Rosario: crece la ocupación de camas, la velocidad de contagios y el personal de salud está agotado

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Hasta este miércoles la ocupación de camas generales en el sector público es de un 78 por ciento, 76 por ciento en camas de terapia intensiva y 17 por ciento de camas covid. En tanto el sector privado tiene un 80 por ciento de camas ocupadas y el 15 por ciento por covid. Preocupados pero no sorprendidos. Así se sienten Ricardo Cordone y Valeria Bulla que integran la Asamblea de Trabajadores por la Salud Colectiva y hablaron con El Ciudadano del actual avance de la pandemia en Rosario.

Desde fines de octubre advirtieron los riesgos de una política oficial que priorizara las aperturas de actividades sin ningún esquema de cierres intermitentes para contener una explosión de contagios. Luego del amesetamiento de la curva a mediados de diciembre los casos empezaron a crecer de nuevo, aunque esta vez los médicos advirtieron dos diferencias: la velocidad de contagios es mayor a la que ocurrió en invierno y el personal de salud se encuentra físicamente agotado.

A mayor cantidad de contagios, mayor cantidad de casos graves y mayor cantidad de muertos. Éste ha sido el desarrollo de la pandemia en Rosario y en las grandes ciudades del mundo, sin embargo la llegada del verano con sus actividades al aire libre y el anuncio del inicio de un proceso de vacunación son dos elementos que probablemente hicieron que una parte de la población redujera sus cuidados a la hora de encontrarse. Asimismo se fue perdiendo el miedo a los contagios y a las muertes, aunque en épocas de pandemia parecen estar a la vuelta de la esquina.

Al menos así lo ven en la Asamblea desde donde celebran las medidas oficiales que tienden a la restricción, como la limitación de circulación nocturna. Cordone, que tiene 56 años y trabaja como médico en un centro de salud municipal y es docente en la carrera de grado y posgrado de Medicina en la Universidad Nacional de Rosario, señaló: “Fue una buena decisión porque más allá del impacto concreto pone otra vez el tema del peligro de contagio en la agenda pública. Esta enfermedad se combate parcialmente con alguna estrategia sanitaria pero profundamente para afrontar una pandemia se requiere de una estrategia social”.

Además dijo: “Toda la sociedad tiene que estar involucrada, respetar el uso del barbijo y todas las medidas de cuidado personal. La protagonista de esta pandemia es la sociedad y si ésta no lo entiende hagamos lo que hagamos los médicos no va a alcanzar. Las medidas que restringen la circulación nos dicen ‘ojo, todavía nos tenemos que cuidar’. Es un llamado de atención y aún si la gente no lo cumple empieza a generar un clima social de que todavía estamos en pandemia, cuantas más restricciones haya más impacta en la cultura de los comportamientos”.

En relación a esto recordó que en diciembre el movimiento en las calles contradecía el hecho de que estamos atravesando una pandemia, “parecía una pospandemia incluso hubo publicidades oficiales que hablaron de reconstrucción y eso indicaría que ya pasó cuando en verdad estamos en medio del huracán”.

Bulla tiene 49 años, es especialista en Medicina General y Familiar y magister en Salud Pública , trabaja en la dirección de la carrera de posgrado y hasta hace dos años trabajó en un centro de salud pública. Coincidió con su compañero y alertó sobre una de las discusiones del momento: el regreso a las clases presenciales.

“Nadie desconoce que les niñes han tenido consecuencias subjetivas porque justamente el proceso de sociabilidad va constituyendo su subjetividad y su capacidad de ir componiendo con ese mundo exterior por fuera de su familia. Nadie desconoce esto pero sí creemos que la vuelta a clases presenciales tiene que ser parte de una estrategia integral: no se puede seguir con el mismo comportamiento social con aumento de contagios y volver a clases”, explicó.

Insistió en que es importante que el compromiso sea “de todos, los gobiernos y la sociedad”: “Si nosotros queremos cuidar a nuestros niñes y permitirles volver a encontrarse con sus pares y a la vez cuidar a nuestros mayores para que no se mueran, tenemos que tener un compromiso toda la sociedad de pensar una estrategia que disminuya el contacto social de alguna manera, quizás de forma intermitente con pocos días de cierre para después abrir”.

Para los dos es importante también que se intensifique la campaña masiva de vacunación. La escuela, explicó Cordone, produce mucha circulación de personas en la ciudad, no solo se trata de las niñas y niños. Entonces le parece fundamental que se tenga paciencia: si se estamos en pleno proceso de vacunación, el impacto de adelantar las clases a febrero podría ser muy negativo para la salud pública y no tanto en términos educativos.

La vacunación es fundamental en el marco de una pandemia, “no podemos politizar o ideologizar la campaña, es contraproducente para todos, hay que ser muy efusivos a la hora de plantear esto en términos científicos”.

FUENTE: elciudadanoweb.com

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