En seis meses de aislamiento, las provincias sortean la pandemia con alerta sanitaria y controles

Facebook
Twitter

El aislamiento obligatorio dispuesto desde hace seis meses ante la pandemia de coronavirus puso a prueba a las provincias, que con sus sistemas de alertas sanitarias, restricciones de actividades, controles de tránsito y ayuda del Gobierno central intentan sortear la expansión de la enfermedad que puede resultar mortal y para la cual aún no hay vacunas.

Autoridades de distintas provincias coincidieron en que «el virus llegó para quedarse» y advirtieron que debe generarse «un nuevo comportamiento social de responsabilidad individual» en el cuidado de la higiene, uso de mascarillas y evitar reuniones sociales para mitigar la circulación de la Covid-19, que ya provocó más de 12 mil muertos y 600 mil casos confirmados en todo el país.

En medio de los estrictos controles de las provincias, hubo al menos cinco muertes que son investigadas por la justicia y en las que estaban implicadas fuerzas de seguridad, como el caso de Facundo Astudillo Castro, que viajaba en plena cuarentena hacia Bahía Blanca; los decesos de una mujer y un adolescente en comisarías de San Luis tras ser arrestados por violar el aislamiento; el de Luis Espinoza en Tucumán cuando en mayo miraba una carrera de cuadrillas y el del cordobés Valentino Correas, de 17 años, quien en agosto fue baleado cuando salía con amigos en un auto y al parecer evadieron un control policial.

Además, ante los diversos amparos presentados contra las restricciones a la circulación o al acceso a las provincias, la Corte Suprema de Justicia ordenó a Córdoba, Corrientes, Formosa, Salta y San Luis presentar sus explicaciones ante las demandas que cuestionan las medidas interprovinciales.

En Buenos Aires, el distrito con mayor cantidad de casos con 355 mil contagios y más de 7 mil fallecidos, el Gobierno provincial indicó que continuará con su sistema de fases, que permite la apertura de actividades según la situación epidemiológica en la que se encuentra cada uno de los 135 municipios.

La provincia presenta una particularidad en la zona del área metropolitana, donde unos 32 municipios concentran casi 13 de los 17 millones de habitantes, por lo que fue en esas comunas donde el aislamiento fue más estricto.

El gobernador Axel Kicillof reconoció que el sistema de fases «está funcionando bien, en el marco de una enfermedad que no conocemos y todos los días nos obliga a afrontar situaciones nuevas» y el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, dijo que «por primera vez hay condiciones para que empiecen a bajar los casos de coronavirus en el Amba».

Ahora la preocupación del Gobierno bonaerense está centrada en los distritos del interior de la provincia, varios de los cuales comienzan a registrar brotes.

Los especialistas le advirtieron que «se está transitando una meseta en niveles muy altos» y que la «naturalización de la enfermedad no es positiva porque lleva a disminuir los cuidados».

En ese punto, coincidió la secretaria de Salud de Entre Ríos, Carina Reh, que pidió prepararse para «una nueva manera de vivir porque el virus vino a instalarse y hay que cambiar hábitos».

A su vez, la ministra de Salud de Santiago del Estero, Natividad Nassif, dijo que era necesario que la sociedad «asuma como un comportamiento habitual el distanciamiento social, el uso del tapabocas, el lavado de manos, no reunirse con sus familias, salvo el grupo conviviente, ni mucho menos reuniones sociales, porque eso tendrá que hacer hasta que salga la vacuna».

En Córdoba, en tanto, en septiembre se registró la mayor cantidad de casos de contagios por día, con un promedio superior a los 500, aunque la situación sanitaria siguen controlada ya que según el Ministerio de Salud la ocupación de camas críticas rondaba el 39,4%.

Las estrictas reglas de ingreso a la provincia, en los límites interprovinciales, generaron indignación en todo el país cuando se conoció el caso de Pablo Musse, que había viajado desde Neuquén el 16 de agosto para visitar a su hija Solange, que agonizaba en una clínica de Río Cuarto (Córdoba), y no lo dejaron pasar, al obligarlo con custodia a regresar a la Patagonia.

La joven azafata murió cinco días después y dejó una carta en la que advirtió: «Hasta mi último suspiro tengo mis derechos».

El caso fue judicializado por la familia Musse, que incluso lo presentó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En los últimos días, la localidad cordobesa de Justiniano Posse fue noticia por una misa a la que concurrió una gran cantidad de personas a quienes el sacerdote les habría solicitado que se sacaran el barbijo porque «Dios los va a proteger», tras lo cual hubo una cadena de nuevos contagios.

El Laboratorio de Hemoderivados y el Instituto de Virología J. M. Vanella, ambos dependientes de la Universidad Nacional de Córdoba, junto al Ministerio de Salud provincial, fueron los primeros en avanzar con el tratamiento con plasma en el país, cuyo protocolo fue presentado por el ministro de Salud nacional, Ginés González García, el 17 de abril.

En Santa Fe, la situación epidemiológica a mediados de septiembre era la más comprometida desde el inicio de la pandemia, que tuvo su primer contagio registrado el 14 de marzo, con un paciente de Rosario. Los 1.300 casos registrados al 17 de septiembre, con un acumulado de 23 mil contrastaban con los 179 del 15 de agosto, y mucho más con los 23 del 15 de julio.

En cuanto a los incumplimientos, hubo varios episodios como una carrera de caballos del 6 de abril en el barrio La Cortada de Reconquista, con dos detenidos que no pudieron explicar los motivos de estar en la vía pública con caballos de competición en plena faena.

También tuvo gran repercusión un cumpleaños de 15 para más de 300 invitados que se celebró el 11 de julio en un local de la ciudad de Santa Fe, a raíz del cual el padre de la homenajeada donó $100.000 al Hospital de Niños Orlando Alassia a cambio de la extinción de la acción penal abierta por violación a las disposiciones oficiales para evitar la propagación de una pandemia.

En La Pampa, que mantiene habilitadas gran parte de sus actividades, el ministro de Salud Mario Kohan alertó que «son los encuentros sociales y familiares» los que generan mayor contagio por lo que apeló a ser responsables y «cumplir con el protocolo establecido para poder cuidarnos entre todos».

En Santa Cruz, el pediatra Horacio Córdoba, que integra el COE local, dijo que la circulación del virus «genera un alerta desde el punto de vista sanitario muy importante y también desde el punto de vista del control y la vigilancia epidemiológica», ante la falta de recurso humano dado que «es el mismo de cuando empezó la pandemia» y subieron los casos.

Córdoba apuntó a «un problema de responsabilidad ciudadana, de la reunión social o familiar donde se rompe el protocolo, de donde proviene la mayor cantidad de contagios».

En tanto, el infectólogo jujeño Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, dijo que «cuando no tenes ningún caso y de repente aparecen 100 quizás es aconsejable hacer un cierre brusco en esa ciudad, para poder evitar que los casos se multipliquen».

FUENTE: conclusion.com.ar

MÁS DE tucumán

Search
Close this search box.