El gran simulador: estudian un fármaco que busca “engañar” al coronavirus

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El ensayo clínico en tres países de Europa intenta comprobar la efectividad de una estrategia astuta: ofrecer al virus de COVID-19 una puerta de entrada “falsa” para que no ingrese a las células.

Una versión producida en laboratorio de la enzima convertidora de angiotensina 2 o ACE2, uno de los principales receptores para el ingreso del coronavirus SARS-CoV-2 a las células, empezó a ser probado en pacientes con COVID-19. ¿El objetivo? Comprobar si, como se espera, logra “engañar” al virus para que se una al blanco equivocado y frene el avance de la infección-

Investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia; de la Universidad de Columbia Británica (UBC), en Canadá; del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), en España, lideran el estudio con la droga APN01, desarrollada por la compañía de biotecnología Aperion Biologics, con sede en Viena, Austria.

Del estudio tomarán parte 200 pacientes hospitalizados por COVID-19 en nueve centros de Austria, Dinamarca y Alemania, los primeros de los cuales ya empezaron a ser reclutados. Todos recibirán el fármaco por vía endovenosa dos veces al día. Se espera que los primeros resultados se tengan para noviembre de este año.

El medicamento había sido desarrollado hace más de una década para actuar contra el coronavirus que causó el brote de SARS en 2002-2003, y que utiliza la misma puerta de ingreso para infectar. Ahora tiene una nueva vida. Tal como lo reveló la revista “Cell” a comienzos de abril, APN01 logró inhibir el avance del nuevo coronavirus inoculado en cultivos de células humanas y en “mini riñones” creados a partir de células madre humanas en el laboratorio que lidera la bióloga Núria Montserrat, en el IBEC.

El fármaco APN01 es una proteína recombinante similar en estructura a ACE2, por lo que el virus, en vez de pegarse al receptor, se pega o es “atrapado” por la droga. De este modo, se inhibe la infección. “Es como pararse frente a mil puertas, de las cuales solo una es real”, comparó el genetista Josef Penninger, fundador de Aperion.

Pero los científicos son cautos. “La idea en muy atractiva, pero hay que tener en cuenta que el virus podría utilizar también otros receptores o influir en el sistema renina-angiotensina, originando cambios en la presión arterial de los pacientes”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor en bioquímica Hugo Luján, director del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (CIDIE), que pertenece al CONICET y a la Universidad Católica de Córdoba (UCC).

Luján agregó: “Por ello, hay que ser muy cautelosos y esperar ensayos clínicos de larga escala para verificar que la droga es segura”.

Aunque muchos de los posibles medicamentos contra COVID-19 que resultan eficaces en modelos biológicos no llegan a ser utilizados en la clínica por efectos adversos o falta de beneficios terapéuticos, “sin duda brindan información relevante para el diseño inteligente y racional de variantes que podrían ser eficaces y seguras”, puntualizó Luján.

Fuente: Agencia Cyta

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